Hoy desperté con telarañas en los ojos.
y recordando que hace dos noches construí candados con los materiales más implícitos, y hablé de cuentos que voces familiares escribieron con letras prohibidas, y todos fueron míos.
En algún lugar por sobre el lugar en que se tejen los sueños está la inspiración en estado crudo, la que muchas veces me tragué sin preguntar qué era.
Y hay historias como pequeños jardines con hermosas lagunas, a los que hay que volver saltando de piedra en piedra, cuidando de no caerse, de no ahogarse y ver las monstruosidades que descanzan en las profundidades de cada olvido.
Hay sonidos abismales forcejeando por adoptar la forma del lenguaje en mi boca balbuceante.
Hay criaturas horrendas tejiendo sobre mis ojos telarañas como si fueran sueños.
Si dormir fuera posible tampoco podría.

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