Ella recurre a imágenes terribles cuando se le acaba la bolsa de caramelos. Pero habla de ellas mediando un papel. Un nudo escencial desata su lenguaje atroz, pero hablar no habla, ni hace como que, decir es una excusa necesaria. Sigue sabiendo que el absurdo tiene aún un perfecto sentido, y que debe haber más allá de él un verdadero absurdo, la carencia absoluta de cualquier tipo de sentido, de entendimiento, de clasificación cómoda. Porque este extrañamiento sigue siendo tan predecible y familiar, sin ningna sacudida de nociones.
La pregunta es, que tan bien le calza esta nueva claridad.
Y si eso es lo que quiere.
Y si eso no es algo irreversible.

No poderse poner en la piel de lo que era

(Vas a saber que al ser tu propia madre te convertiste en tu propia hija)

Buscar al mismo tiempo, en las ideas, orden y desorden, es un esfuerzo paralizante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ah si si esa es usted, te compro muchos caramelos y no recurris a imagenes terribles dale?