Y ellos doblámdose a mi persona, siendo cada uno un espejo empañado, bien yo dibujando garabatos y entreviéndome en ellos, diciéndome nena, cómo me voy a olvidar de eso que era tan tuyo, cómo podría. Entonces vos sacándome la lengua y yo sintiéndome tan absurda en medio de tanta coherencia, de tanto barro que no embarra, de tanta incoherencia premeditada. Yo quejándome en su propio idioma haberle robado su propio idioma, parásito, zanguijuela, irremediable enfermedad de los huesos. Estiro las manos, creo acariciar cierta esperanza cuando me sorprendo, cuando me quemo y arde, arde como la fruta madre caraho. Ahí puedo sentir puedo sentir que todo-está-bien, que estoy sintiendo, y ellos mirándome desde lejos, y ellos como creyendo, ah, pero volver a mis primeras frases es tán de parásito, tan de zanguijuela...

No hay comentarios.: