No reintegrarás tu producto.
exclama, prohibe.
Pero La madre desea ser ameba.
ES ameba.
Reconoce la pérdida en esta búsqueda despiadada de reintegración.
En algún momento al barrilete se le cortó el hilo.
Al carrito se le salió la rueda.
...y el otoño llegó
y al los árboles se les cayeron todos los falos...
Ella había puesto nombres a sus instancias psíquicas, de manera que denominaba Micaela a su superyo, Mimo a su ello, y en cuanto al yo, la interrogación fluctuaba en un vacío incierto y crítico. Por otro lado, Micaela había estado violando a Mimo hacía días, y Mimo no oponía mucha resistencia. Alguien dijo que debían fundirse. Se pensó en ellas como el resultado de una fragmentación de la persona, entonces alguien dijo que debían fundirse.
Algo despertó en Mimo el odio más primitivo, tomó a Micaela por el pescuezo, la estranguló y se la comió de un sólo bocado.
1 comentario:
Esta buenisimo, aunque muy psicologico y mis neuronas a veces no alcanzan todos los tragos de las palabras que bebo a esta hora de la mañana, pero conforme el tiempo pase seguire dandome las vueltas por aquí, y dejando que mi conciencia hable antes que mi boca.
Saludos y medio mucho gusto encontrar este blog, me ha gustado mucho.
Elva*
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