Un gran salón soleado, con olor a pomada. Lo llamo el: "Salón Antiséptico".
A medida que el humo avanza, lo va llenando, el sol lo hace espeso, visible, sólido. La pomada fue reemplazada por el olor a tabaco, sueño hacia abajo, miro hacia arriba, quiero palpar los átomos que respiro. El clima cambia por segundos, en cada cuerpo, las caras muestran la tensión de la espera compartida. A veces se desarman e intercambian partes entre ellos, con gestos sutiles, de animada cordialidad, y alguien ofrece una mano, otro una oreja, una nariz, muy lentamente, como si fuera un sueño, y a todo lo cubre el sol, obnuvilante. Algunos sonríen, son todos mujeres, jóvenes, de belleza blanca, adornando con su imagen las peredes, el piso, sentadas como indios.
De pronto el sueño me muerde un párpado, no puedo más observar al tiempo caer como plumas. El mediodía se acerca gateando, no maúlla, se desfleca, se expande, irradia témpera. Mis manos desaparecieron, no quiero saber de qué color son ahora mis ojos. Recuerdo cada frase, mientras estoy cayendo "Mire hacia atrás al bajar", ya lo aprendí todo, un barco hundiéndose en gelatina, el estupor se condensa, el aliento atado al vacío, sea yo, y tu lecho de celofán, otra casilla de principio a principio... "Martín, este lugar es hermoso".
........
sostener en apnea
un respiro
el viento fuerte que trae
ese gris conmovedor
un aroma a avispas mortales
una capa de calor
que se te forma, tersa, e...
Hace 4 años.
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