Recordarás, laberinto de naranjos
Se hacía de noche, ladraban los perros
y corríamos
delante del miedo a que papá se vaya
sin nosotras

Recordar es este llanto al sol de los viveros
Es este viaje de vos y yo en carretilla
El calor en los ojos
De los invernaderos
Perfumados hasta la transpiración por los musgos y los helechos


Recordar es este laberinto de naranjos
Donde nos perdimos al anochecer
Llorando porque papá y el sol se iban






3 comentarios:

Belén dijo...

hay belleza en el dolor de lo que lei. sos poeta, mimo.

haikus publicos dijo...

tanta infancia lejana y cercana. es que hay cosas que sigen en la piel siempre. Sobretodo historias de infancias vegetales, de laberintos, de encontrarse rodeado de árboles, perdido y encontrado.
Leo en tus poemas el ritmo de alguien que vivio en el campo o en el interior.

haikus publicos dijo...

tanta infancia lejana y cercana. es que hay cosas que sigen en la piel siempre. Sobretodo historias de infancias vegetales, de laberintos, de encontrarse rodeado de árboles, perdido y encontrado.
Leo en tus poemas el ritmo de alguien que vivio en el campo o en el interior.